El pasado 4 de octubre de 2024, Colombia vivió uno de los episodios más polémicos de los últimos años. En un evento que ha dejado al país dividido, el exlíder paramilitar Salvatore Mancuso fue recibido en Montería, Córdoba, por el presidente Gustavo Petro. Lo que algunos consideraban una reunión histórica, otros lo ven como una vergüenza nacional.
La senadora Paloma Valencia fue una de las primeras en alzar su voz: “Lo de Mancuso es una vergüenza; este país no puede seguir siendo complaciente con los violentos”, publicó en su cuenta de X (antes Twitter), en referencia a la cálida bienvenida que recibió el exjefe de las AUC. Pero no fue la única. María Fernanda Cabal también se sumó a las críticas, compartiendo un video del encuentro y señalando con dureza: “Corta memoria o selectiva de Petro. El que hizo política hablando del paramilitarismo ahora los defiende”.
El presidente Petro no se quedó callado y aprovechó el evento para dar su versión de los hechos. “Ese proceso de paz terminó, en mi opinión, mal. A ustedes los extraditaron; no estaba escrito en el acuerdo de paz”, afirmó ante Mancuso. Estas palabras, que parecían recordar los oscuros episodios de la parapolítica y la violencia paramilitar, no calmaron los ánimos.
El periodista César Augusto Londoño se sumó a las críticas, afirmando: “Un gobierno que convierte a los criminales, a los asesinos que han dejado miles de víctimas en héroes, está confundiendo el camino y equivocando el mensaje”. Su postura refleja el sentir de una parte importante del país que ve en esta reunión un retroceso en el discurso de justicia y paz.
Sin embargo, no todo el mundo piensa igual. La senadora Sandra Ramírez, del Partido Comunes, le respondió a Paloma Valencia recordando episodios del pasado: “No olvide la historia de Colombia. Año 2004. Congreso de la República. Mancuso fue aplaudido por Congresistas”, dejando en evidencia la doble moral de algunos sectores políticos que en el pasado aplaudían al exjefe paramilitar.
Mientras tanto, la tormenta política sigue creciendo y la imagen de Colombia una vez más está en el centro de la controversia internacional. ¿Será este un paso hacia una verdadera reconciliación o solo un nuevo capítulo de escándalo y olvido?